UNA DECORACIÓN BALANCEADA
A veces, a lo largo de nuestra vida laboral tenemos momentos de mucha tensión, no somos capaces de ver la luz al final de los problemas, sentimos que el estrés va a acabar con nuestra cabeza, el trabajo se acumula y solo queremos tirar la toalla.
En ese momento cuando estás a punto de desfallecer ves en tu cubículo la foto de tu hijo, los ojos le brillan, la foto te recuerda la alegría con la que te reciben al llegar a casa, lo feliz que se pone cuando lo invitas a comer helado, ves esa imagen ahí y sientes que todo tiene sentido, tu familia es el motor que te impulsa a seguir luchando, seguir trabajando y ser mejor.
También quizá tienes en tu puesto de trabajo imágenes que te motivan, que te tranquilizan y te dan paz, es reconfortante sentir que estás en un lugar acogedor, un lugar que es tuyo, pues allí pasas la mayor parte de tu tiempo y lo menos que puedes hacer es sentirte a gusto. Sin embargo, hay puestos de trabajo que generan el efecto contrario, pues pecan por el exceso a la hora de la decoración, estos puestos generan un efecto negativo, tanto para ti como para tus compañeros, a quienes les es complicado encontrarte detrás de todos esos artículos que tienes allí, la cantidad de objetos sobre tu escritorio y sus alrededores transmiten una imagen desordenada, y poco práctica.
Está bien que quieras sentirte como en casa pero no hay que exagerar, pues nos encontramos en una oficina y hay cosas que son apropiadas y otras que no, podemos tener fotos de nuestros seres queridos, mensajes que nos hacen sonreír, artículos que nos motivan, pero siempre manejando el orden y la simplicidad. Así estamos más cerca de ser el mejor lugar para trabajar. GPTW